Cuarto libro: La lluvia de verano – Marguerite Duras
Cuarto libro: La lluvia de verano – Marguerite Duras
Por Hernán Lasque
La escritora Marguerite Duras, novelista, guionista y directora de cine francesa, luego de un largo período de silencio, publica en 1990 "La lluvia de verano".
La novela está ambientada en Vitry,un suburbio parisino, y vibra, ocurre en torno a unos pocos elementos. Una pareja de inmigrantes (él italiano, ella de alguna región del Cáucaso), costean su existencia con subsidios estatales y derivan su vida entre basurales y trenes, de donde obtienen objetos que puedan serles útil, pero, sobre todo, y aquí el centro de la novela, van haciendo un acopio azaroso de libros y revistas que encuentran, desechados u olvidados. Sobre todo libros de biografías de personajes famosos, para quizás de esa manera acercarse esas otras vidas, volverlas posible dentro de sí mismos con la lectura. Él ama apasionadamente a su esposa, ella tiene sus digresiones y su propia vida interna, volviéndose para él y para los hijos, un enigma latente: resguardo y riesgo, conviven en esa madre. Tienen siete hijos y sólo los mayores tienen nombre y rasgos que los distinguen. El resto son llamados "brothers y sisters".
Ernesto, el mayor -“debía tener entre doce y veinte años”— lee sin haber aprendido un libro con un agujero producto de una quemadura. “Lo que falta —lee Ernesto— no puede ser contado”. Ninguno de los niños está escolarizado, de hecho viven en flagrante desamparo; sin embargo, ante la incredulidad de que el muchacho logre leer sin saber hacerlo lo envían al colegio. Esto durará dura diez días (apenas unos pocos párrafos) y concluirá con una frase que retorna una vez y otra, como interrogando su sentido, a lo largo de la novela: “No volveré a la escuela porque en la escuela me enseñan cosas que no sé”.
Lo que en principio parece la incapacidad de aceptar no saber, decanta en pasión por el conocimiento, ese “viento de palabras, de polvo, no se lo puede representar, ni escribir, ni dibujar”, dice Ernesto. El saber no implica conocimiento; ni la repetición, aprendizaje. El método de lectura de Ernesto consiste en involucrar algo más que la razón, se trata de “una especie de desenvolvimiento continuo dentro de su propio cuerpo de una historia inventada por él”. A fuerza de comprender sin aprender un conocimiento que inquieta y perturba, Ernesto ya sabe demasiado. A partir de allí se alternan el vínculo incestuoso con su hermana (algo que Duras trabaja en otras obras suyas), el abandono del resto de los hermanos, los períodos de estupor de la madre seguidos de la irrupción de palabras imprevistas, “como si la visitara el recuerdo de una lengua abandonada”.
La escritura de "La lluvia de verano" es una escritura fragmentaria, de fraseo asmático, didascálico, musical. De resortes por momento teatrales Una escritura como la que la autora describió en "La muerte del joven aviador inglés": “Debiera existir una escritura de lo no escrito. Un día existirá. Una escritura breve, sin gramática, una escritura de palabras solas. Palabras sin el sostén de la gramática. Extraviadas. Ahí, escritas. Y abandonadas de inmediato”.
Marguerite Duras nació en Gia Định, una provincia de Vietnam del Sur que rodea a Saigón, en el año 1914, y murió en París en 1996.
Artículo de referencia: “La lluvia de verano”, Juan F. Comperatore para Revista Otra Parte.
Promoción de la lectura. Sección “Cuarto Libro”